miércoles, 2 de julio de 2008

Consigna: Planificación de relato final basado en testimonio (narrador, estructura, investigación de

Mi relato final estará basado en el testimonio de Alex Acerra. Él es estudiante de intercambio, y proviene de la universidad de Cornell de Estados Unidos.

Actualmente, vive en una casa de familia y está finalizando su estadía en nuestro país. Anteriormente, él viajó a Japón y Colombia, entre otros lugares.

Utilizaré, su relato acerca de las experiencias vividas en la Argentina, su relación con la sociedad, con sus compañeros de intercambio, sus compañeros de la facultad, y los dueños de donde se hospeda. Éste será narrado en primera persona.

Como investigación de campo usaré información acerca del contexto contemporáneo tanto de la Argentina como también de Estados Unidos.

Consigna: Realizar un texto narrativo en base a un testimonio.

Título :”Historias te rodean siempre”.
Mientras pensaba a quien podría entrevistar, para mi nuevo trabajo de la facultad, apareció alguien que quería contarme su historia. Descubrí que siempre las personas tienen ganas de ser escuchadas, y les encanta.
A pesar de eso, no siempre conocemos todas las historias que vivieron los que nos rodean, y nos asombramos de lo que nos cuentan.
El sujeto, que tenía muchas ganas de que lo entreviste se llama Nicolás. Su historia sucedió cuando él tenía 12 años, un verano de 1993. Su viaje transcurrió en Lobos, provincia de Buenos Aires. Él viajó para comenzar a construir la casa de su padrino, en un predio que ya tenia:

-‘(...) En Lobos acampábamos antes, cuando era mas chiquito todavía (...)’-.

Viajo con su papá, y unas cuantas personas más. Entre ellos, su tío (dueño del lote), su padrino que era maestro mayor de obras, dos primos y un amigo del papá. Nicolás era el único menor que se aventuraba a la construcción de la casa.
Creo que es bueno aclararle al lector en este momento del relato, que hacia esa época, los papás de mi entrevistado estaban separados, por eso viajar ‘con papá’, al que no veía tan seguido, era una buena oportunidad para reafirmar la buena relación que hacia ese momento ya tenían...

-‘¡Yo iba a ayudar!’-(dijo, y parecía que ese nene todavía estaba allí, con ese aire de grandeza).




Viajaron en autos, cinco andando en caravana. El viajo en ‘el fitito de papá, el 600, el bolita’. Por suerte la vejez del auto no les impidió llegar bien.
La duración programada del viaje consistía en ir desde el lunes a la mañana, hasta el domingo siguiente a la mañana.

Cuando llegaron a Lobos se encontraron con un día lunes caluroso y soleado. A las cuatro y media de la mañana se habían despertado para arribar el viaje: porque cuanto más temprano llegaran, más luz del día habrían de tener para el trabajo.

-‘Era una tarea rápida, y había que tener suerte de que no llueva, porque sino la base de cemento no iba a secar, igual ya nos habíamos fijado en el pronóstico y esa semana no iba a llover’-.

A las cinco y media de ese lunes, ya estaban en la ruta y en no menos de dos horas llegaron a destino: Lobos.
Descargaron sus cosas, y los materiales de los camiones que los acompañaban con arena, cal, ladrillos, junto con las ventanas y puertas de la futura casa.
Primero, armaron las carpas para guardar las cosas momentáneamente, y después fueron a comprar la comida de ese mediodía.

-‘La comida era fundamental, ¡Como la boina!-(dijo riéndose de su propio chiste).

En relación a este chiste, cabe aclarar que a la familia de Nicolás le importa mucho la comida, y sí, la comida es funda-mental.
La carne que compraron ese día duro para el mediodía, para la noche y para el otro día (se mantuvo en la heladerita de tergopol).
-‘Y... ¡En esa época estaba barata la carne!’-


Al regresar de comprar la comida, prepararon una especie de quincho con chapas. Chapas que llegaron entre otras cosas en el camión con los materiales. El quincho era grande, como de 3 metros por 4. Allí guardarían materiales y herramientas.
Atrás del quincho, los viajeros, habían inventado una especie de ducha improvisada: colgaron un balde con un agujero y un caño incrustado en él, donde había una llave, por la que se regulaba la salida del agua(al no tener cañerías, tenían que sacar agua de una bomba, y de esta manera ingeniárselas para bañarse).
Nicolás afirmó:
-‘Yo mucho no me acuerdo como funcionaba, porque solo lo usé una vez en toda la semana’-.

Atrás de esta especie de ducha, crearon, también con chapas, un “baño”. Éste, estaba hecho con 4 chapas, parecía un ‘minicuartito’. En el centro de él, habían hecho un pozo muy profundo pero angosto, y un inodoro lo cubría por encima.

Durante ese día, eso fue todo lo que llegaron a hacer, las cosas indispensables para la estadía. Al caer el sol, cenaron y se fueron a descansar del agotado día.
-‘El frío del campo es tremendo, ¡Dormir en carpa durante una semana puede ‘hacer mal a la salud’!, te duele todo (...) a mí me costaba mucho dormirme, me despertaba a las cuatro y media, y estaba todo oscuro y me daba miedo y me volvía a dormir’- (Y el niño que tiene adentro vuelve a aparecer).

Cuando despertaron de su primera noche transcurrida allí, comenzaron a hacer el pozo donde pondrían el cemento líquido para hacer la base de la casa. El pozo era grande y tenía medio metro de profundidad. Ese mismo día lo rellenaron con cemento, y ya no se podía hacer más, debían esperar que secase.

Al tercer día de estadía, se permitieron levantar tarde. Tranquilos almorzaron pollo a la parrilla. El trabajo del miércoles fue comenzar a poner los ladrillos en los bordes y a delimitar donde iban a ir las divisiones de las habitaciones.

-‘No fue tan planificado, más allá de que la idea se tenía antes, ahí se vio, en la acción la estructura de la casa...’-
Ese día solo pusieron el remarco de las puertas, para empezar a hacer las columnas al día siguiente.

Como sabemos, las construcciones en general, llevan bastante tiempo de secado, y ésta, como tal también. Sin embargo esa espera y eses tiempo libre no eran mal gastados, puesto que funcionaban para afianzar lazos:

-‘Ibamos a caminar con papa un rato con los perros, había varios perros...’-.

Al llegar el cuarto día, cualquier entretenimiento era válido para pasar el tiempo de espera de secado. Ese día, todos juntos estuvieron intentando sacar la raíz de un árbol seco. La raíz medía un metro y medio de largo. La justificación de este entretenimiento era que la iban a usar para hacer leña:

-‘¡Sino había que comprar carbón todos los días e íbamos a gastar mucha plata!’-.

Las técnicas que usaron para desenterrar esa raíz vieja fueron puro ingenio de momento. Primero se hicieron un pozo alrededor, y luego prendieron fuego las raíces más angostas que se desprendían de la más grande.
-‘La idea era sacar el pedazo grande para ir rebanándolo (...) cuando se deslucido a la raíz madre, le pusimos un críquet de los que se usan para los autos, y levantamos las raíz, quebrándola y salió’-.






Durante el quinto día, Nicolás y sus compañeros tenían planificado hacer las paredes. Todos se levantaron temprano, alrededor de las 6 de la mañana, y fueron a comprar pan manteca leche, a un almacén que estaba a 30 cuadras (usaron el auto, por supuesto, no haba que perder tiempo). Necesitaban un buen desayuno para empezar con mucha energía esa larga jornada.

Temprano empezaron a trabajar para levantar las paredes hasta el metro y medio aproximadamente (obviamente, dejando espacio para las ventanas y puertas).

Esa, fue la tarea que llevo más tiempo durante toda la estadía.

-‘Yo ponía ladrillos, los llevábamos hasta ahí en carretilla. Además rompía las piedras para hacer polvo para hacer mas denso el cemento, las rompía con una masa, y no saltaba a los ojos, porque lo hacia arriba de la tierra’-.

El tiempo pasó volando y ese mediodía, en el predio de Lobos, no hubo mucho tiempo para dedicarle a la comida, así que tuvieron que conformarse con unos fideos con manteca. Continuaron toda la tarde construyendo las paredes, hasta que el sol cayó.

Al sexto día, el anteúltimo, terminaron el alto de las paredes, colocaron las ventanas y puertas y se hizo el entrepiso, (no techo). Para construirlo recurrieron a hormigones, bloques grandes de cemento con vigas. Todos participaron en la difícil tarea. Finalmente, le colocaron una base de cemento a los hormigones y terminaron el cansador trabajo





Al séptimo día, ya era hora de volver a casa. El trabajo planificado para esos días ya estaba terminado. Juntos emprendieron viaje a casa. Aseguraron los materiales sobrantes y las herramientas en el quincho bajo tres candados, porque hasta dentro de dos semanas, los mayores no regresarían para continuar la construcción.

-‘Eso que hicimos fue ‘lo rápido’, las paredes solamente. La estructura, el techo tardo mucho más después(...)duro como un mes más la construcción (...) Y como pasaban como dos semanas, sin ir nadie, entraron a robar cosas... tenían tiempo para robar...se llevaron ollas, platos, vasos, huevadas... herramientas, pala, martillo(...) les bastaba romper la chapa nomás”-.

Junto a papá, Nicolás regresó a casa en ‘el bolita’ese domingo. Durante el viaje el fitito casi los traiciona, pero afortunadamente aguantó sano hasta llegar a destino.
-‘El auto ya estaba viejo llegamos de pedo, a los días, lo llevamos al medico y le arregló montón de cosas...’-.

De esta manera finalizó, este breve y significativo viaje que Nicolás realizó.
Declaro que lo conozco hace años, y nunca había oído esa historia que él vivió. Mientras lo escuchaba, sentía que ese niño, que ‘viajo para ayudar, con papá’ estaba ahí presente.
Al finalizar la entrevista el me contó que descubrió que podía vivir sin televisión y divertirse igual, quizás mejor, de una manera diferente. Agregó que dentro de las ciudades la gente a veces está tan apurada, que no se toma ni un minuto para hacer una actividad en familia. Por eso, con este viaje, Nicolás aprendió, la importancia de ese tiempo, tiempo necesario para invertir en familia.





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El detrás de escena...
El relato de Nicolás estuvo plagado de chistes fáciles, algunos muy repetitivos en todo su discurso, otros no tanto. En su voz grave y arrítmica se oía un vocabulario típico argentinizado, su discurso carecía de detalles. Supongo que fue porque cuando él realizó ese viaje era chico, y él afirma que carece de memoria a largo plazo. Su discurso se organizó en relación a los días transcurridos, y se núcleo en el paso a paso de la construcción, que fue la razón del viaje.
Considero, y espero haber sido clara, que su historia II fue la relación ‘con papá’, ese apoyo que encontró en el viaje, ese papá que idealiza y ama. Ese que además de sacarle los caprichos de cuando era chico, le enseño a crecer y a convertirse en lo que hoy es.

Consigna: Responder las primeras cuatro preguntas del blog acerca de la película ‘Río arriba’.

Preguntas :
1-¿Qué motivos característicos del relato de viaje están presentes en ‘Río arriba’?
2-¿Qué características tiene el narrador de este relato?
3-Describir el recorrido de Ulises de ‘Río arriba’ en términos de lo que Joseph Campbell define el
itinerario del héroe mítico ¿Con qué fuerzas debe enfrentarse? ¿Qué clase de ‘victoria’ alcanza al
final de su aventura?
4- ¿De qué materiales se vale el narrador para reconstruir la memoria de Iruya y de los ingenios
azucareros?
Respuestas :
1- En primer lugar, considero que sería válido citar unas frases del texto ‘El relato de viaje’ de Monteleone, para comenzar a responder esta pregunta.
Monteleone afirma: “Todo viaje combina un modo acuciante, la experiencia del cuerpo y la experiencia del tiempo y su relato debe proporcionar los modos de representación de tal vínculo. El viaje es una experiencia corporal: los quiméricos viajeros del poema de Baudelaire, se embriagan de espacio, padecen el tedio, sienten un ardor inquieto en su corazón, el goce agrega fuerza a su deseo y una vez les dice ‘abre los ojos’.
Uno de los motivos característicos del relato de viaje presentes en ‘Río arriba’ es la posición del narrador, el hecho de que él esta involucrado en ese viaje. Él viaja para reconstruir la historia de su abuelo que en realidad, también es su historia. Es la historia que el conoció desde niño, “(...) el niño enamorado de mapas y de estampas, ve el universo igual a su basto apetito (...)”¹.
Al comienzo de la película se observa que Ulises se encuentra lleno de materiales que recorren la historia del Ingenio; ese, es un momento inicial del viaje que se establece como un estadio de impulso puro,

1- Baudelaire, Fragmento en texto de “El relato de viaje” de J. Monteleone.(Editorial El Ateneo 1998)


como una especie de ‘infancia del deseo donde el tiempo aun no ha pasado’, al viajar, además de trasladar su cuerpo, él se traslada en un viaje en el tiempo, para reconstruir en sí mismo la historia de su abuelo.
En sus comienzos, ese viaje que realiza Ulises tiene el fin de conocer la historia de ese Ingenio azucarero, pero al investigar un poco más, descubre el lado oscuro y así la historia dos toma partido en el relato de viaje. El protagonista sin haberlo buscado, encontró ‘el tedioso espectáculo del inmortal pecado’ ².
Se encontró con ese sabor amargo de la historia I, que solo halló estando allí.
De esta manera, reconstruyo que, el motivo principal del relato del viaje de Ulises es contar, primero su historia, en su viaje para conocer y recordar a su abuelo, y al estar allí descubre la historia del otro, de los afreros. Al descubrirla, se pone en un lugar más objetivo, dejando de lado por un rato la historia de su abuelo como ‘heroe’, abre los ojos, y cuenta la historia real del triunfo económico de su abuelo.

2.- El narrador en este relato, es reflexivo: se involucra en la historia, es un tanto objetivo puesto que se da la oportunidad de cambiar sus ideas del linaje heroico de su abuelo y muestra la otra cara del ingenio.
Ulises hace un ‘viaje hacia el pasado en busca de un origen perdido’ ³.
Su voz se oye en off durante la película, de esta manera explica, reflexiona, se reivindica, dando diferentes puntos de vista del hecho. Al oírlo, da la sensación de que él siente culpa por los indígenas, y en su misión, como nieto del dueño y culpable de la pobreza y el abandono de las tradiciones koyas, siente necesidad de reivindicar la acción de su abuelo, mostrar la otra cara de su riqueza, la que a través del dominio logró que los nativos abandonaran sus cultivos y sus fuentes de riquezas, entregándose en relación de desigualdad.
Considero que Ulises se dirige a todo el publico, pero más específicamente a aquellos que solo conocieron una parte de la historia (la del Gran ingenio) y ciegamente, o no, evitaron la otra (la de los afreros de Iruya).


2-“El relato de viaje”, J. Monteleone., El Ateneo 1998
3-“El viaje profano”, R. Forster, Confines 1995.

También sus destinatarios son los koyas, a los cuales, no les puede devolver lo perdido, pero sí puede ‘disculparse’ en nombre de su abuelo, mostrando sus historias, la otra cara del triunfo, lo que se ocultó, lo que hasta el momento no se había dicho.
Y de modo más general, se dirige a todos nosotros, demostrándonos que la historia, que se cuenta no siempre es la única y real, detrás pueden existir otras, las cuales no se muestran para ocultar la realidad social. El narrador da un espacio de reflexión e interrogación de lo que los medios muestran.


3.- Joseph Campbell representa esquemáticamente el camino del héroe como: separación-iniciación-retorno. Ulises inicia su aventura cuando separa la línea entre ‘lo idealizado’ (su abuelo como héroe) y ‘lo real’ (los koya bajo la dominación azucarera). Al cruzar esa frontera, entre lo cotidiano y lo desconocido, debe enfrentarse al producto humano (no material) que logró su abuelo. Ulises logra cruzar esa frontera investigando las consecuencias humanas del Ingenio de su abuelo.
La ‘victoria’ que alcanza al finalizar su aventura, es demostrar al publico, la otra cara de las primeras grandes industrias argentinas. Logra descubrir que no todo es maravilloso, como lo demostraban los medios en aquella época, y regresa de su aventura con una historia más abarcativa, por medio de la cual nos demuestra que hay que investigar más allá de lo que nos es dado, y hay que tener capacidad critica para lograrlo.

4.- Para reconstruir la memoria de los ingenios azucareros, Ulises se vale primero de fotografías de su abuelo y del lugar, de recortes de diarios de cuando el ingenio era noticia. Más tarde, cuando llega al lugar, a Iruya, se vale de testimonios, de los lugareños. La polifonía le sirve para reconstruir la época, el escenario, de quienes estuvieron en carne propia, de quienes vivieron esa oculta historia. De esta manera legitima su discurso y lo objetiviza en relación a su investigación.

Consigna: Notas de lector del texto Misiones. (Caparrós, Walsh )

Título: ¡SOS!, pequeñez.
Al leer el texto de Misiones, me llamo mucho la atención, la inmensidad que tiene cada pequeño lugar de la Argentina. Me dio la impresión de que el texto estaba separado en dos. Una mitad, cuenta lo hermoso de los lugares de Misiones, y otro cuenta más bien lo malo de Misiones: la frontera, los pueblos abandonados, las parejas abandonadas...
Mientras leía esa primera parte del texto, leí una frase que me dejó pensando.
Nosotros los Argentinos tenemos eso de sentirnos el centro del mundo, cuando, como dicen algunos, solo estamos ‘ahí abajito del globo’.Igualmente, cuan ricos somos. Como dice Caparrós, ‘...acá tiras una rama y te crece un árbol...’. De todas maneras, todos tenemos eso de sentirnos los mejores. Abrir la mente hacia otras culturas y hacia otros lugares o formas de vida, es ejercicio muy difícil. Y mucho más cuando estas inmerso en la rutina diaria de la alineación capitalista, donde nunca dejas de producir y reproducir el sistema. Aunque sea ejercicio difícil, creo que aprendí a tener mi mente bien abierta y a aprender de todo y de todos. La lectura de Misiones me sorprendió. Además de que me atrapo (difícil, y muy difícil en mí) encontré un párrafo que me abrió a la mente. Comencé a pensar, tanto y tanto, que sentí la necesidad de escribir ya, -aunque estaba por ir a dormir-, agarre un lápiz y anote en los márgenes del texto -ni me retrace en ir a buscar una hoja, ¡no vaya a ser cosa de que me olvide lo que estaba pensando!-. Les comento, esta frase la encontré mientras terminaba de leer Bernardo de Irigoyen-Andresito. Leí. Pensé. Descubrí. Descubrí yo no soy sola. No soy solo una persona leyendo unas fotocopias a la una de la madrugada. Tras, simplemente una pared, hay gente que duerme. Afuera hay calles, edificios, gente, autos, pocos árboles, gente; y más afuera un poco más de verde, y más afuera extensos y extensos verdes, y más y más lejos infinidad de colores. Llegué a tomar conciencia de esa pequeñez, que a veces creemos superar y que cada vez que nos informamos o conocemos algo nuevo creemos que somos los más grandes, los más inteligentes y los más importantes del mundo. Y no es así. Eso, es solo un mínimo y microscópico punto de todo lo que existe.

Y además, ni siquiera conocimos exactamente toda la naturaleza, e instantáneamente empezamos a recibir tecnología. Esa tecnología que nos aleja, no solo de la naturaleza, ni de los otros, sino de nosotros mismos. Estamos encerrados en que saber que jugadores juegan este domingo de titulares nos hace más inteligentes y mas conocedores del mundo. Pero este mundo es construido y en realidad no estamos conociendo nada. No estamos conociendo eso que abandonamos. Solo estamos conociendo algo. Porque conocer todo es imposible y es por eso que no estamos conociendo nada.
Caminar por la selva -nos cuenta Caparrós, desde Puerto Iguazú- te hace dar cuenta de eso. Te hace dar cuenta de tu propia pequeñez, que no sos más que UNO de ese TODO que existe, que es incontable, infinito.
Y yo me pregunto ¿Será que en la ciudad hay tan poco verde, que por eso nos sentimos tan grandes?
En fin somos solo uno más. Uno que puede hacer tanto, y a la vez, tan poco. Y más poco que más: porque somos tan pequeños ante el mundo. Y “...en la selva, por alguna razón, las razones se ablandan...”¹. Y cuando lo notamos casi nos ponemos en estado de desesperación, por buscar ese lugar en el mundo. Ese lugar, que todo el tiempo tratamos de reinstalar en nosotros. Y casi aterradamente creamos LA identidad. Esa identidad que nos aterra perder. Ese SER ARGENTINO que nos hace sentir cómodos, y a la vez orgullosos al pronunciarlo. Y precisamente pronunciarlo es lo que te hace sentir importante, no el hecho de describirlo. Porque como dice Caparrós, “...esa idea tan argentina de que lo que importa es decir las cosas nomás...”. Después si se hacen, allá ellos, ¿no? Todos nos lavamos las manos -como la mujer del señor José, que vendió a uno de sus hijos, lo dejó con sus otros 5 hijos y se fue con el amante. Pero eso ya es otra cosa-.

El argentino también tiene eso de copiar a los demás, copiarlo y decir que es nuestro. Pero creo que nos sale copiarnos inconscientemente, de buenos nomás, porque más allá de todo, copiamos lo que nos gusta. Y creo que este texto se parece mucho a la lectura que hice de Caparrós. Él tiene eso que se te pega. Esa manera de hablar, (sí, porque parece que te esta hablando), ese tono, que sin querer se te impregna, y es inevitable.
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[1] Cataratas, El interior.- Martín Caparrós. Editorial Planeta/Seix Barral.

Y creo que este texto se parece mucho a la lectura que hice de Caparrós. Él tiene eso que se te pega. Esa manera de hablar, (sí, porque parece que te esta hablando), ese tono, que sin querer se te impregna, y es inevitable. Y se te impregna como el olor del asado a los invitados. Ese, que es tan apreciado, que por ser humo, tiene bastantes privilegios. Todos lo huelen y se les cae la baba. ¡Y claro! ¡Porque tienen hambre!
El asado siempre tarda más de lo que se espera. ¡ES argentino! Y como todo argentino: ‘¡Siempre tarde!’. Nunca puntual. Igualmente es ‘¡Mejor tarde, que nunca!’-así decía mi maestra de cuarto grado-. De cualquier manera, nosotros sabemos que en el fondo el argentino no llega tarde, sino que crea expectativa.
Él, se h a c e d e s e a r. . .

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Titulo: Comparación entre Walsh y Caparrós.

Al leer el texto de Walsh sobre Misiones, lo primero que me llamó la atención es que Walsh sí pudo entrar en los yerbatales, cosa que Caparrós no...
Dentro de un análisis más técnico, descubrí que en sus narraciones, Walsh utiliza un nosotros, diferente a Caparrós, quien utiliza una primera persona: un yo con modo irónico.
El texto de Caparrós, tiene un cierto aire de ritmo, por momentos inserta monólogos, muy prolongados, en forma espiralada, donde parece que hay un pensamiento en proceso, una reflexión permanente. Luego hace grandes pausas, donde inserta la escritura poética japonesa: el Jaicu. De esta manera juega con el ritmo, las palabras, los géneros, y su significado.
Al leer el texto de Walsh, me pareció un tanto más objetivo que Caparrós, y no se si objetivo, quizás un tanto más serio. Es un texto mas antiguo, donde no se destaca tanto la subjetividad del autor (el ‘yo irónico’) sino que parece más formal. Inserta polifonía de testimonios para dar cuenta de la realidad social. Explica una parte y luego acota un tanto más con el testimonio del ‘otro’. Escribe en prosa, o sea, es más ‘tradicional’, por así decirlo, no inserta pausas, ni juega con le lenguaje y sus formas.

Caparrós explica su experiencia personal, da su opinión, e inserta polifonía de testimonios para afirmar lo que explica anteriormente.

Sin embargo, ambos utilizan la polifonía para legitimar su discurso, al igual que el antropólogo en su trabajo de campo.
Caparrós se para la estructura de la crónica en relación a lugares, a espacios geográficos; a diferencia de Walsh quien separa su crónica en temáticas conceptuales, no espaciales.

Ambos cuentan la ‘lavada de manos’ de ‘los de arriba’, pero uno, de manera más bien resignada, como si fuera la esencia del argentino (Caparrós); y el otro hace una queja más bien formal, cuenta lo que sucede y se queja, dirigiéndose a las autoridades, para encontrar apoyo en ellas(Walsh).

Consigna: Realizar una crónica sobre una película del festival de cine independiente “BAFICI”.

Película vista: “HAMBURG LECTURES”
Título: Solo una mala elección...
Uno nunca encuentra la palabra indicada para comenzar un texto. Ni el momento indicado del hecho para comenzar a describirlo, pero heme aquí intentando comenzar esta crónica. Lo que relatare sucedió el día sábado 19 de abril. Un día, donde cierto humo hediondo, había invadido Buenos Aires. Decían que provenía de la quema de pastizales en el delta. Por mi parte, lo único que sabia, es que ese humo, hacia que un día agotador, se convirtiera en un día inagotable. A razón de este inconveniente ambiental, los subtes estaban paralizados. Por eso, junto a mi novio, decidimos utilizar nuestras piernas, para dirigirnos hacia nuestro objetivo. Este era aquel centro comercial, en donde aquella semana se habían estado proyectando películas de índole independiente.
La caminata, parecida a una maratón, se hizo demasiada molesta. El humo nos irritaba los ojos y entraba en nuestros pulmones irritándonos también nuestras vías de respiración.
Afortunadamente, en menos de 40 minutos habíamos llegado a nuestro objetivo. Allí, sin saber la trama de ninguna película, decidimos echarnos a la suerte y ver la que se proyectase en ese horario. Fue una decisión rápida. Al asegurarnos de nuestra entrada, nos dirigimos hacia la sala rápidamente (debido a que faltaban 2 minutos para q comenzara la función).
Esta estaba media llena, oscura y al final de las escaleras, se hallaban 2 hombres frente a una computadora. Sin perder mucho tiempo, a las 18 horas comenzó la película. Nosotros nos tomamos de las manos, e hicimos silencio, al igual que los demás. Segundos más tarde, dentro de la sala, solo se veía una oscura calle, en donde circulaba un auto. Repentinamente, la imagen desapareció y se comenzó a escuchar, en un volumen muy alto, la voz de un señor, más bien adulto, en un idioma diferente al nuestro. En pocos segundos la imagen complemento el sonido. Se observaba un fondo azul, liso, y un hombre sentado en un banquito de madera, con otros dos alrededor: uno, donde apoyaba las hojas que iba a leer, y otro donde apoyaba las hojas que ya había leído. Subtitulado en inglés y en español, la imagen verdaderamente transmitía aburrimiento y más que eso, transmitía tristeza.
Comencé a escucharlo y desde el comienzo no me interesó en absoluto. Su frase fue algo referido a Dios, como parecido a “¡Que Dios los bendiga!” o “¡Bienvenidos queridos hermanos!”.
Hace poco leí en un libro que Dios es el amigo invisible de los adultos. La frase suena algo chistosa, pero resume lo que hace un par de años pienso.
Fue por eso que no me intereso en el comienzo. Me encontraba en un pensamiento lineal: “la religión se inventó para manipular al pueblo” y ese hombre estaba intentando hacerlo conmigo. Sin moverme demasiado de ese pensamiento, preste atención al hombre de habla extraña. Creí que no me haría mal escucharlo, de hecho me serviría para conocer otras religiones, e incluso para practicar mi joven sentido critico, mediante el cual escucharía a este hombre solamente, como alguien que se comunica con otros, y que yo, solo cumpliría el papel de observadora...
Al pasar 40 minutos de la película, yo ya me estaba impacientando. El papel de observadora me estaba aburriendo un poco y el hombre no paraba de intercalar en cada frase “Dios los bendiga”, “Alabemos a Dios”, etcétera.
La película no avanzaba con respecto a la imagen. Lo único que se movía era la boca del hombre, y sus manos al tomar la hoja no leída y abandonar las ya leídas. En la sala, al pasar la primera hora, algunos espectadores huían de la molestia. Yo afirmé decidida: “¡Si en diez minutos la imagen no cambia, me paro y me voy!”. Aunque lo haya dicho, sabía que si lo hacia, me iba a quedar con la duda de si en algún momento, esa molesta imagen iba a cambiar. De todos modos, a la hora y cuarto de comenzada la “película”, más que molesta, histérica ansié irme. Mi novio insistió en quedarnos. Afirmaba que película resultaba interesante. Al instante lancé una carcajada nerviosa y refute: “¡¿Interesante?!”. Él respondió “¡Si!”, y luego me chisto para que no hable más. Preste atención, una vez más, al hombre de habla extraña y pensé, que tal vez su lectura, realmente habría de ser interesante, y yo, no lo había notado...
En ese momento escuche, más bien leí, lo único interesante de esas insoportables dos horas, decía algo así: “(...)si un musulmán le roba a un europeo o a un estadounidense- los cuales caracterizaba de no-creyentes– no es un pecado, puesto que ellos lo hicieron primero(...) ellos no serian nada sin nosotros(...)”
Luego continuó haciendo una critica a la democracia, “la organización de los no-creyentes” puesto que no se basaba en las reglas descriptas por el Corán (libro religioso árabe). A propósito, esta frase no me pareció interesante, pero fue el indicio para que yo continuara molesta y con ganas de irme. Es que yo, había ido con la idea de que me cuenten una historia mediante imágenes, no mediante palabras, para tal caso, podría haberlas leído. Luego reflexioné que quizás, el texto tenía tal importancia que los autores decidieron convertirlo en película. Aun así, a mi no me convencía. Continuaba molesta, me dolía la cabeza y me ardían los ojos. Al fregármelos se me metió una pestaña en el ojo. Anuncie a mi novio que iría al baño para sacarla.
Pasear por aquel largo pasillo me tranquilizó un poco. Cuando llegué al baño, la pestaña ya se estaba saliendo. De paso, me peine y lavé mis manos. Al salir, caminé rápido por el largo pasillo y cuando llegué a la sala mi novio estaba en la puerta con la mochila. ¡La película había terminado!. A él no se lo veía con cara de mucho entusiasmo. Comentome que el “viejo” terminó de leer, se paró y se fue. Luego pasaron unas líneas donde aclaraban, que ese texto, había sido el monólogo de un profeta llamado Fazazi, en una mezquita de Hamburgo. Este profeta, entre otros, fue condenado a 30 años de prisión por los ataques “terroristas” a Estados Unidos.

Ahora yo me pregunto: ¡¿Era necesario poner a un hombre durante 2 horas leyendo miles de hojas para transmitir este mensaje?! ...



A esta pregunta, el hombre de habla extraña contestaría:”Dios lo sabe todo”...

Por mi parte, la próxima vez, trataré de averiguar un poco más del tema, para no pasar otro inaguantable momento, como el del sábado.


(ಯ್ನೋ ಮೇ ಕಾನ್ಸಿದೆರೋ "ಬೋಳುದ" ಕಾಮೋ ದಿಜೋ ಉಂ compañಏರೋ, ಪೂರ ಕಾಂತರ್ ಲೋ ಸುಸೆದಿದೋ ಏನ್ ಮಿ ಎಕ್ಷ್ಪೆರಿಎನ್ಕಿಅ)

Consigna: Hacer una crónica de los días de humo en Buenos Aires.

Título: ¡¿Todavía sigue?!

Es hasta el día de hoy, lunes 28 de abril del 2008, que el incansable y caprichoso humo no se quiere ir de esta ciudad. Esa gente del delta sigue quemando sus pastizales, sin considerar a los que sufrimos las consecuencias.
Por suerte, anoche, una leve lluvia intentó barrerlo. Se podría decir que lo logró, pero veremos que pasa durante esta semana.
De todas maneras, estos últimos días sentimos el alivio de solamente sentir el olor a quemado. Las semanas anteriores fueron insoportables. Además de olerlo, podíamos verlo presente en todos lados. Se había metido en cada una de las casas que estaban en el camino de aquel viento noreste que soplaba incansablemente. Tan dentro estaba., que no se podía ni tomar un baño. Hasta la toalla que te secaba parecía haber estado de bandera en el más reciente de los asados. En fin, de nada servía haberse bañado, porque pasaban apenas unos segundos y el humo, ya te había invadido, el pelo, la ropa...TODO.
En los medios de transporte, el “molesto” también estaba presente: en los colectivos, los taxis, los subtes...
De hecho, viajar en subte era terrorífico. El humo había invadido TODAS las líneas de subte, e incluso, estaba en todas las estaciones de cada una. Además de que ahí dentro no se podía ni respirar (porque no había ventilación -igualmente éstas hubieran sido utilizadas en vano-) tampoco se podía ver dentro de los túneles de los trenes. Esa fue la razón, por la que algunas líneas y/o estaciones interrumpieron sus servicios de momentos.
Fue así que, un domingo de abril, tuve que caminar, para dirigirme al abasto a ver aquella película tan “famosa”.
A mi no me molesta caminar, y menos 15 cuadras, pero ese día, sí fue molesto. Caminar fue insoportable, ahogarse y/o toser, en medio de esa nube hedionda, era inevitable.

Por lo visto, lo que concierne a mi salud, el humo no me generó ningún daño mayor. Igualmente se debe reconocer, que, esas semanas en compañía del humo, fueron insoportables. Esperemos que la próxima vez, alguien prevea esto y lo solucione cuanto antes... o mejor aun: ¡Esperemos que NO HAYA PRÓXIMA VEZ!

Consigna: Realizar hipótesis sobre la historia I y la historia II de los cuentos incluidos en el cuaderno de

CUENTO: En el mar. Cuento de marineros.-ANTÓN CHEJOV.

En este relato parece mostrarse la historia I como aquella donde se relata la situación de los marineros, y la del narrador y su padre yendo hacia ese sitio, ese que esta entre la pared y el borde del barco, donde por medio de dos agujeros espían un ‘espectáculo extraordinario’ en el camarote de luna de miel de aquel barco.
Mientras intentan dilucidar lo que espían, emerge la historia II en el cuento: detrás de esos dos agujeros de la pared del camarote, en la habitación, no era una noche de luna de miel de una adorable pareja lo que estaban observando, sino, la venta de la joven y hermosa muchacha a un banquero.
Así como en la historia I fluye la relación ‘amistosa’ y de confidencialidad de un padre para con su hijo, en esta historia II fluye la idea del machismo: la manera en que la mujer es tomada como objeto y los hombres se la intercambian como si fuese un objeto de mercancía.
Las huellas de la historia II en la historia I, se pueden hallar en el momento en que el narrador nota la situación que esta sucediendo del otro lado de la pared, dentro del camarote: las negativas de la mujer, las suplicas del joven, las expresiones de ambos... todos ellos son índices de la historia II que comienza a emerger.
Finalmente la historia I concluye cuando el padre decide alejar al hijo de ese lugar, argumentando que ese ‘espectáculo’ no es apto para su edad. La historia II no se concluye en el cuento, queda abierta a la imaginación del lector.







CUENTO: La forma de la espada. -JORGE LUIS BORGES.

Aquí la historia I es aquella en donde se cuenta la situación del narrador, quien está sentado junto a un sujeto del cual solo conoce su apodo: ‘el inglés de La Colorada’. Luego de cenar juntos, salen al escampado, y el narrador le pregunta al irlandés (porque no era inglés, como su apodo señalaba) sobre la cicatriz de su rostro. Y es en este momento cuando emerge la historia II, que es la que cuenta el irlandés sobre el origen de su cicatriz.
Al finalizar el relato de la historia II, se confluye ésta con la historia I: la cicatriz que el irlandés tenía en su rostro, era producto de aquel corte merecido por la cobarde y delatora acción que en la historia II Vincent Moon había tenido. La historia II que humilla al hombre de la cicatriz de la historia I aparece como la punta de un iceberg, en el momento en el cual el narrador cree que preguntarle sobre aquella marca era como si le estuviese preguntando por un tabú. Hay una historia que esconde esa cicatriz, que al comienzo causa mucha intriga al narrador, intriga que más tarde se convierte en asombro para él, y en vergüenza para el irlandés de la cicatriz.

CUENTO: “¿Por qué no bailan?”- RAYMON CARVER.

La historia I en esta narración, da cuenta de la situación del hombre de mediana edad junto con todas sus pertenencias puestas en su patio, como si fuera una liquidación casera, y la pareja que pasa por la puerta del lugar y comienza a ver y a probar los productos. Entonces la historia I sería esa relación entre la compra y la venta de los productos. Y dentro de esa relación ‘comercial’ surge la historia II donde existe una especie de relación amistosa, extraña y graciosa, entre el hombre de mediana edad y los chicos. El hombre mayor, los invita a tomar unas copas de whisky, también los invita a bailar...
Al finalizar el relato, la historia I se da por concluida, el hombre de avanzada edad vendió a muy bajo precio y también regaló objetos a los chicos ese día, pero la historia II, esa relación de amistad, se deja a la libre interpretación del lector.

Consigna: Redactar una historia utilizando las palabras escritas por los compañeros, en relación a un dibujo propio de un sueño.

Titulo: Solo un mal día...

Aquella noche terminé, como tantas otras, desolado. Caminaba entre la invisibilidad de la madrugada. La calle vacía, yo solo en medio de la gran selva de cemento. Sólo deseaba desaparecer de ese mundo perturbante que, en ese momento, me invadía e impacientaba a la vez.
Durante ese día, había sentido una eterna soledad desde que desperté. En ningún lugar hallaba compañía, un oído, o al menos, alguien que me venga a pedir alguna moneda para un objeto insano. No sentía a ninguno de ellos.
Ellos, los demás, persiguen su objetivo durante el día tan linealmente que ya no se miran entre sí y, hasta es más, ya no se miran a sí mismos. Yo, tan igual a ellos, me hallaba perdido, como un niño que perdió a sus padres en una salida y, desesperado, intenta encontrarlos para hallar su identidad. Tan perdido estaba que, además de no poder saber quién era, ni en qué época estaba viviendo, había perdido mi objetivo mientras caminaba.


Me hallé en un lugar desconocido, en una calle cerrada y ahí mismo, mientras caminaba cabizbajo, frené al ver una figura delante de mí. Tan raro era que, alcé la mirada mientras recorría su contorno; lo creí un detective, y cuando intenté verlo a los ojos, noté que no tenía cabeza y el interior del tapado estaba vacío.
¡Gran susto fue para mí! Pero no sentí rarezas en él. Él, al igual que los demás, se había perdido a sí mismo. Le deseé buen viaje y seguí mi camino, un camino que aun no tiene objetivo...

Consigna: Reflexionar conexiones acerca de la figura del periodista cronista y el antropólogo etnógrafo.

Título: “...haber estado allí...”

Al leer el texto “Estar allí: la antropología y la escena de la escritura”, de Geertz, noté que el trabajo que realiza el antropólogo es muy parecido,-por no decir igual-, al del periodista cronista.
Ambos pretenden que sus productos escritos no sean considerados narratológicos, sino de carácter epistemológico; ambos pretenden encontrar la manera de‘evitar que la visión subjetiva coloree hechos objetivos’. Los dos se enfrentan con la misma dificultad, ambos deben escribir textos científicos a partir de experiencias propias, biográficas. Como sus productos pretenden ser textos científicos, objetivos, tanto el antropólogo como el periodista, debe ordenar la información de los hechos en categorías familiarizadas, para que dicha información esté a disposición de la comunidad, con un fin práctico.
Para que sus textos tengan legitimidad y verosimilitud, los profesionales, deben expresar mediante abundantes detalles específicos, la sensación de que ellos “han estado allí” – puesto que resulta difícil desmentir lo que alguien, no totalmente desinformado, ha dicho-.
Tanto el periodista como el antropólogo, dentro de sus recursos de escritura, además de la amplitud de sus descripciones concretas, utilizan el recurso semiológico: la polifonía, para legitimar sus relatos. Los testimonios de los lugareños o testigos de los hechos son fundamentales para basar sus verdades.
La finalidad del antropólogo es comunicar que tipo de cultura es aquella que estudia, y todo lo que abarque su descripción, al igual que el periodista, que tiene la función de explicar lo que sucede o sucedió allí, en el lugar donde enfoca su descripción.
De esta manera espero haber sido clara al afirmar que ambos, no toman la escritura solo como simples escritores, sino que lo hacen con una finalidad práctica: comunicar a los lectores de la manera más objetiva posible, la realidad del haber estado allí.

Consigna: Reflexionar acerca de las citas sobre viaje del cuaderno.

Título:”Viajar”.
Al terminar de leer el texto de Caparrós: “Fragmentos sobre el viaje”, en Larga Distancia, sentí ganas de seguir leyendo, de seguir conociendo uno y cada uno de los lugares donde fue el autor, enterarme como si fuera su fiel amiga de sus anécdotas de viaje.
Con respecto a su reflexión sobre el viaje, coincido con él.
Cuando uno viaja, sabe que lo hace por un límite de tiempo, un límite explícito, y por ello sentimos angustia al ver transcurrir las horas, los días. Y es por esa razón que nos sentimos obligados
–vergonzosamente- a aprovechar ‘a ultranza’ todos los momentos, y todos los escenarios, aquello que será irrepetible, quizás, en nuestras vidas.
Como consecuencia de esa necesidad de aprovecharlo todo, durante nuestro viaje, creamos esa especie de ficción, nos establecemos en un ‘vivir entre paréntesis’. Considero que quizás eso es lo que convierte al viaje en una sensación de entusiasmo, donde el tiempo se convierte en específico, distinto de aquel que vivimos a diario, el habitual, el cotidiano. Durante el viaje sentimos esa tranquilidad de actuar en un escenario diferente, en un teatro ajeno, de suponernos otro, de descansar de nosotros mismos, es allí donde encontramos eso distinto, diferente. Sí, el viaje supone esa obligación de experimentar cosas distintas, cada lugar tiene su particularidad y eso es lo que se debe ‘aprovechar’, o lo que dicen que se debe aprovechar...-por ejemplo si uno fue a la playa en verano, debió haber tomado sol y regresado con la piel tostada; o si fue a China, debió haber comido perro...y así con cada lugar-.
En fin, el viaje siempre supone un montón de preconceptos, y crea un montón de expectativas en el sujeto, cada persona lo vive diferente, pero en los actos todas realizan una cierta monotonía de actividades respecto del lugar que están visitando. Disfrutar del viaje es casi una obligación impuesta, sin embargo está en cada uno encontrar la forma de disfrutarlo, de encontrarse con el placer de viajar, o todo lo contrario...

jueves, 5 de junio de 2008

Notas de lector de Misiones-Caparrós

Título: ¡SOS!, pequeñez।


Al leer el texto de Misiones, me llamo mucho la atención, la inmensidad que tiene cada pequeño lugar de la Argentina. Me dio la impresión de que el texto estaba separado en dos. Una mitad, cuenta lo hermoso de los lugares de Misiones, y otro cuenta más bien lo malo de Misiones: la frontera, los pueblos abandonados, las parejas abandonadas...

Mientras leía esa primera parte del texto, leí una frase que me dejó pensando.
Nosotros los Argentinos tenemos eso de sentirnos el centro del mundo, cuando, como dicen algunos, solo estamos ‘ahí abajito del globo’.Igualmente, cuan ricos somos. Como dice Caparrós, ‘...acá tiras una rama y te crece un árbol...’. De todas maneras, todos tenemos eso de sentirnos los mejores. Abrir la mente hacia otras culturas y hacia otros lugares o formas de vida, es ejercicio muy difícil. Y mucho más cuando estas inmerso en la rutina diaria de la alineación capitalista, donde nunca dejas de producir y reproducir el sistema. Aunque sea ejercicio difícil, creo que aprendí a tener mi mente bien abierta y a aprender de todo y de todos. La lectura de Misiones me sorprendió. Además de que me atrapo (difícil, y muy difícil en mi) encontré un párrafo que me abrió a la mente. Comencé a pensar, tanto y tanto, que sentí la necesidad de escribir ya, -aunque estaba por ir a dormir-, agarre un lápiz y anote en los márgenes del texto -ni me retrace en ir a buscar una hoja, ¡no vaya a ser cosa de que me olvide lo que estaba pensando!-. Les comento, esta frase la encontré mientras terminaba de leer Bernardo de Irigoyen-Andresito. Leí. Pensé. Descubrí. Descubrí yo no soy sola. No soy solo una persona leyendo unas fotocopias a la una de la madrugada. Tras, simplemente una pared, hay gente que duerme. Afuera hay calles, edificios, gente, autos, pocos árboles, gente; y más afuera un poco más de verde, y más afuera extensos y extensos verdes, y más y más lejos infinidad de colores. Llegué a tomar conciencia de esa pequeñez, que a veces creemos superar y que cada vez que nos informamos o conocemos algo nuevo creemos que somos los más grandes, los más inteligentes y los más importantes del mundo. Y no es así. Eso, es solo un mínimo y microscópico punto de todo lo que existe. Y además, ni siquiera conocimos exactamente toda la naturaleza, e instantáneamente empezamos a recibir tecnología. Esa tecnología que nos aleja, no solo de la naturaleza, ni de los otros, sino de nosotros mismos. Estamos encerrados en que saber que jugadores juegan este domingo de titulares nos hace más inteligentes y mas conocedores del mundo. Pero este mundo es construido y en realidad no estamos conociendo nada. No estamos conociendo eso que abandonamos. Solo estamos conociendo algo. Porque conocer todo es imposible y es por eso que no estamos conociendo nada.

Caminar por la selva -nos cuenta Caparrós, desde Puerto Iguazú- te hace dar cuenta de eso. Te hace dar cuenta de tu propia pequeñez, que no sos más que UNO de ese TODO que existe, que es incontable, infinito. Y yo me pregunto ¿Será que en la ciudad hay tan poco verde, que por eso nos sentimos tan grandes?

En fin somos solo uno más. Uno que puede hacer tanto, y a la vez, tan poco. Y más poco que más: porque somos tan pequeños ante el mundo. Y “...en la selva, por alguna razón, las razones se ablandan...”[1]. Y cuando lo notamos casi nos ponemos en estado de desesperación, por buscar ese lugar en el mundo. Ese lugar, que todo el tiempo tratamos de reinstalar en nosotros. Y casi aterradamente creamos LA identidad. Esa identidad que nos aterra perder. Ese SER ARGENTINO que nos hace sentir cómodos, y a la vez orgullosos al pronunciarlo. Y precisamente pronunciarlo es lo que te hace sentir importante, no el hecho de describirlo. Porque como dice Caparrós, “...esa idea tan argentina de que lo que importa es decir las cosas nomás...”. Después si se hacen, allá ellos, ¿no? Todos nos lavamos las manos -como la mujer del señor José, que vendió a uno de sus hijos, lo dejó con sus otros 5 hijos y se fue con el amante. Pero eso ya es otra cosa-.

El argentino también tiene eso de copiar a los demás, copiarlo y decir que es nuestro. Pero creo que nos sale copiarnos inconscientemente, de buenos nomás, porque más allá de todo, copiamos lo que nos gusta. Y creo que este texto se parece mucho a la lectura que hice de Caparrós. Él tiene eso que se te pega. Esa manera de hablar, (sí, porque parece que te esta hablando), ese tono, que sin querer se te impregna, y es inevitable. Y se te impregna como el olor del asado a los invitados. Ese, que es tan apreciado, que por ser humo, tiene bastantes privilegios. Todos lo huelen y se les cae la baba. ¡Y claro! ¡Porque tienen hambre!

El asado siempre tarda más de lo que se espera. ¡ES argentino! Y como todo argentino: ‘¡Siempre tarde!’. Nunca puntual. Igualmente es ‘¡Mejor tarde, que nunca!’-así decía mi maestra de cuarto grado-. De cualquier manera, nosotros sabemos que en el fondo el argentino no llega tarde, sino que crea expectativa. Él, se h a c e d e s e a r. . .

[1] Cataratas, El interior.- Martín Caparrós. Editorial Planeta/Seix Barral.

...terminar de leer un libro = despertarse luego de un sueño...


¿No les pasa que después de leer un libro, tienen la misma sensación de cuando recién se despiertan, después de haber soñado algo? es como que tenes en tu cerebro millones de imágenes, que no son vivencias reales, pero son como recuerdos de ese lugar donde no estuvimos, pero en verdad si estuvimos...
La noche que leí el texto de misiones desperté con millones de imágenes, de los 3 sueños que tuve, sentía que había estado en otro lado hasta recién, pero en realidad mi dia recien empezaba...
Despues de leer textos con descripciones de lugares y de escenas, me pasa exactamente lo mismo, siento que estuve en otro lugar... y me despierto mirandome, que no sali de la silla en todo ese tiempo.

Y hablando de sueños,les cuento, hace como un mes, me desperté riendo. Nunca me habia pasado.Habia soñado algo gracioso: era un gigante de señora muy absurda y ridicula rubia con el pelo pajoso arrugada morocha de piel, con pies enormes y ojotas mal puestas, con un traje de odalisca muy malo, caminaba por la avenida, con algunos autos, y una señora se burlaba de sus ropas. y me causo tanta gracia la manera en que lo hacia que en el sueño me rei, y cuando me desperté, me reia también... solo me duró unos segundos la risa. Miré a mi alrededor, por suerte nadie lo habia notado. Me pareció tan ridiculo que me rei denuevo, y volvi a cerrar los ojos... no entendia que me estaba riendo del sueño, entonces mejor pasar desapercibida...
Y ahora yo les pregunto, (no me queiro sentir la unica loca) perooo... a alguien le paso eso? de despertarse riendo?


Ahh.. y si uds creen que es la mejor mejor manera de pasar un dia espectacular! nada que ver! ese dia fue normal, y no estuve del todo contenta... la despertada divertida no me duro bastante! ajja
chauu!

miércoles, 7 de mayo de 2008

Solo un mal día...

Aquella noche terminé, como tantas otras, desolado. Caminaba entre la invisibilidad de la madrugada. La calle vacía, yo solo en medio de la gran selva de cemento. Sólo deseaba desaparecer de ese mundo perturbante que, en ese momento, me invadía e impacientaba a la vez. Durante ese día, había sentido una eterna soledad desde que desperté. En ningún lugar hallaba compañía, un oído, o al menos, alguien que me venga a pedir alguna moneda para un objeto insano. No sentía a ninguno de ellos. Ellos, los demás, persiguen su objetivo durante el día tan linealmente que ya no se miran entre sí y, hasta es más, ya no se miran a si mismos. Yo, tan igual a ellos, me hallaba perdido, como un niño que perdió a sus padres en una salida y, desesperado, intenta encontrarlos para hallar su identidad. Tan perdido estaba que, además de no poder saber quién era,me hallaba perdido, como un niño que perdió a sus padres en una salida y desesperado, intenta encontrarlos para hallar su identidad. Tan perdido estaba que, además de no poder saber quién era, ni en qué época estaba viviendo, había perdido mi objetivo mientras caminaba. Me hallé en un lugar desconocido, en una calle cerrada y ahí mismo, mientras caminaba cabizbajo, frené al ver un bulto delante de mí. Tan raro era que, alcé la mirada mientras recorría su figura; lo creí un detective, y cuando intenté verlo a los ojos, noté que no tenía cabeza y el interior del tapado estaba vacío. Gran susto fue para mí. Pero no sentí rarezas en él. Él, al igual que los demás, se había perdido a sí mismo. Le desee buen viaje y seguí mi camino, que hacia aun no sé, se dirige.


viernes, 4 de abril de 2008

Fábula

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron la profundidad del hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se deberían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.

Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de las ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le dijeron "nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que gritábamos".

La rana explicó que era sorda, y pensó que las demás la estaban animando esforzarse más y salir del hoyo.

Moraleja

1- La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo y finalizar el día.

2- Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentra desanimado puede ser lo que acabe por destruirlo. Tengamos cuidado con lo que decimos.

3- Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros.


En la NASA, hay un póster de una abeja, el cual dice así:

"Aerodinámicamente el cuerpo de una abeja no está hecho para volar, lo bueno es que la abeja no lo sabe"